Los tres estados más violentos del país, de acuerdo con el Índice de Paz México 2017, comparten una característica: en la actualidad son gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Guerrero, Colima y Sinaloa –en este orden– lideran la lista de mayor incidencia de delitos a nivel nacional, ya que en esos terruños, el combate a la impunidad, el fortalecimiento de la policía, las estrategias para disminuir las tasas de homicidio, y el papel de los gobiernos locales en la solución del problema –que es lo que mide el índice–, no son suficientes.
Para los analistas consultados por SinEmbargo, el hecho de que el PRI gobierne los estados más violentos no necesariamente indica que la violencia criminal esté ligada, de manera directa, con los manejos del partido. Sin embargo, el aumento general de la violencia en México [que este año, el país alcanzó un récord histórico de homicidios] sí habla de una estrategia fallida en contra de la criminalidad y de la violencia. Fracaso que, inclusive, ha llevado al recrudecimiento del problema a nivel nacional.
Las tres entidades más violentas de la República mexicana [Guerrero, Colima y Sinaloa] son gobernadas por el PRI. Dos de ellas, de acuerdo con el Índice de Paz México 2017, presentan niveles alarmantes de criminalidad: Guerrero es el menos pacífico por cuarto año consecutivo, donde la violencia retornó a niveles de 2011 –62 homicidios por cada 100 mil habitantes–. Y Colima, hoy día, tiene la tasa de homicidios más alta a nivel nacional –77 muertes por cada 100 mil habitantes–.
En total, 11 entidades federativas tienen alto grado de incidencia delictiva, refiere el Índice del Institute for Economics and Peace (IEP), un think tank independiente. Cuatro de ellas son manejadas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI); tres por Acción Nacional (PAN); y tres más por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Sólo una está en manos de un político independiente: “El Bronco”, en Nuevo León.
El problema, en ese sentido, no radica necesariamente en quién gobierna la entidad, sino en cómo se está aplicando la estrategia nacional de seguridad pública, tanto a nivel local como nacional, refieren analistas consultados por SinEmbargo. Empero, uno de los problemas centrales del combate a la violencia se ve reflejado en “la debilidad institucional de los gobiernos locales, tanto estatales como municipales”, mencionó el doctor David Morales González, especialista en procesos políticos de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Para él, la corrupción y la impunidad, sumados a la “falta de una estrategia eficaz por parte de las fuerzas federales”, hacen que el combate a la violencia esté fallando.