De no existir y literalmente no tener nada hasta el 2018, muchas(os) ex alcaldesas y ex funcionarios de los gobiernos de Morena, exhiben su interés por los beneficios que da el poder político.
Gran parte de ellas y ellos no tenían casa propia, estudios, joyas, autos y mudas de ropa que jamás imaginaron poseer.
Bastaba verlas hablar para darnos cuenta de las condiciones de su dentadura deforme, que hoy corrigen con costosos tratamientos que ni siquiera podían pagar antes del 2018.
Bastaba verlas con su calzado desgastado y roto para saber su condición económica y de lo que serían capaces. Ni se diga su cabello, uñas y el Código Postal al que pertenecen.
Hoy, esas damas buscan acomodo para seguir disfrutando una vida que no les corresponde y que no están dispuestas a dejar.
Total: se acostumbraron a que las señalen por actos de corrupción, pero eso es lo de menos porque bien dice el dicho: “no hay peor error que vivir fuera del presupuesto”.
PD si las ve, no vote por ellas, son el nuevo cáncer de México.