A muchos preocupó las fotografías que el presidente del Senado de México, Alejandro Armenta, publicó en sus redes sociales al asistir a la ceremonia del 112 aniversario de la Revolución Mexicana.
Las fotos a las que me refiero son donde aparece con la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
Les preocupa tanto que de inmediato soltaron todo tipo de locuras. Locuras porque Armenta seguirá en Morena se vaya o se quede Ricardo Monreal. Así de claro.
Hay quienes no soportan el talento de Armenta. A otros les preocupa e incomoda. Esos despistados le apuestan a una imposición o negociación porque Armenta encabeza todas las encuestas.
En el pasado reciente y en el presente, el nombre de Armenta ha sido mencionado en cada proceso electoral porque conocen su potencial político.
El propio Rafael Moreno Valle les decía a sus ex colaboradores en reuniones políticas/electorales: “al único que respeto es a Armenta, porque ese cabrón sabe lo que hace”.
Y como no, si le ganó todas elecciones en las que se enfrentaron y en donde Armenta aparecía en la boleta electoral.
El caso más sonado fue en el 2012, cuando le ganó al excelente operador morenovallista Mario Rincón, con el que peleó el Distrito Federal de Tepeaca.
O en el 2018, cuando le ganó en número de votos incluso a Martha Erika Alonso.
Esa es la principal fortaleza de Armenta, quien no nació políticamente en el 2018, sino su historia es un largometraje de 32 años en contacto directo con la gente.
Por supuesto que López Obrador, Sheinbaum y hasta Ebrard saben quién es Armenta: es el único poblano que ha obtenido un millón 500 mil votos en una elección.
Y esos votos no son nada despreciables para el 2024…
Armenta será candidato de Morena y después gobernador. ¿Así o más claro?
Corrupción en el SNTE
A mi correo fue enviada la presenté información muy reveladora:
“Mercaderes de la SEP
“En la Sección 51 del SNTE, deben ser investigadas las ventas de acuerdos de carrera magisterial que empezaron a darse desde la gestión de Lety Jasso, del año 2002 al 2005, y de lo que se hacía cargo directamente Joel Vázquez Becerra, quien se dedicó a esquilmar a las y los profesores al venderles el dictamen para los acuerdos de su recategorización.
“El costo era de 50 mil pesos, y el pago era mediante el primer cheque que recibían los mentores, y un bono extra, que invariablemente eran una borrachera.
“En los tiempos actuales esa práctica sigue, pero en vez de una sola persona, ahora la llevan a cabo varias personas y todas están vinculadas con el actual dirigente sindical, Jaime García Roque, son los llamados ‘agentes del cambio’, como le llaman a los esquiroles candidatos a la dirigencia sindical apoyados por el propio García Roque.
Quizá esa es una de las insistencias del actual dirigente para dejar a un heredero, en vez de buscar que las elecciones sean como se mandata, libres, por voto universal y secreto.”