En Puebla dos personajes comienzan a ser tema principal en las mesas y reuniones de cualquier tipo.
Me refiero a Lalo “El Bueno” y Lalo “El Malo”, Eduardo Rivera Santamaria y Eduardo Rivera Pérez respectivamente.
Uno se ha consolidado como líder de opinión y empresario de medios de comunicación y el otro es conocido por sus pretensiones políticas y la complicidad que tuvo con los Moreno Valle.
Hay quienes cruzan apuestas de lo que sucedería en una contienda electoral entre ambos, pero queda claro que Eduardo Rivera Santamaría encaja perfectamente como un personaje ciudadano/empresarial y no le quita el sueño el poder político, mientras que Rivera Pérez vive solo pensando en el poder y dinero público.
En el imaginario que se enfrenten en una elección, la ventaja es para Lalo “El Bueno” porque recibiría apoyo de diversos sectores, agrupaciones, instituciones, líderes y personajes públicos de todos los colores, mientras que Lalo “El Malo” solo tendría el apoyo del puñado de ladrones que robaron con él durante su gobierno.
En otras palabras: Lalo “El Malo” ha cosechado tantos enemigos por su mezquina forma de ser y los primeros en lincharlo serían los morenogalistas, porque saben que si gana una elección se encargaría de exterminarlos.
Lalo “El Malo” es conocido?, la respuesta es si, porque ha hecho varias campañas y siempre ha engañado a la ciudadanía.
Como ex alcalde no hizo una obra ni acción importante, solo le interesaba el dinero ilícito de las licitaciones amañadas de todo tipo que iban dirigidas para sus cómplices. También de la explotación sexual en los giros negros, los moches en tránsito municipal y mercados entre otros.
Creo respetable lector que a Lalo “El Malo” lo conocen por corrupto e inmoral, mientras que a Lalo “El Bueno” la sociedad civil lo acepta sin problema.
Quienes tienen prisa deberán esperar.