Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que el gobierno de Enrique Peña Nieto se robó la elección en el Estado de México.
Cuando digo que Peña Nieto es capaz de todo para retener el poder, me refiero a que no le importa mandar a matar ni robar.
Ya se ve que no.
El domingo estuve pendiente de los resultados electorales desde las 8:00 pm hasta la 1:00 am y en ningún momento el títere, perdón, el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, rebasó a la abanderada de Morena Delfina Gómez.
Cuando amaneció, me desperté con que el PRI aventajaba, por lo que es inverosímil que haya ocurrido eso sin la mierda que salpica el gobierno de Peña Nieto.
Confieso que no soy simpatizante de López Obrador, pero reconozco que nuevamente le robaron la elección.
Por cierto: los priistas no festejaron porque no tienen qué festejar.
Solo la diputada del PRI Silvia Tanús Osorio se congratuló y presumió el robo de la elección.
Ya se ve de qué nivel son las mujeres -como Tanús-, que poco les importa la democracia.
Dan asco.
Anaya el gran perdedor
Aunque Ricardo Anaya presuma que el PAN ha ganado 13 gubernaturas desde que llegó como presidente nacional de este instituto político, lo cierto es que su soberbia no le permite ver que tiene una estructura muy débil en las entidades donde se concentra una gran cantidad de votos.
La elección del Edomex es un duro revés para sus ambiciones políticas y económicas.
Su partido cayó al cuarto lugar y no hay nada que lo haga recuperarse.
Anaya sabe que sus números no le alcanzan para sostenerse en el cargo ni para ser candidato presidencial.
Si quiere tener vida y futuro político tendrá que pactar con alguien que lo haga líder del Senado y después gobernador de su estado.
Nada más.
CONTACTANOS
22-25-63-31-33
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
