El líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, es enemigo de las alianzas e inclusión.
Hasta hace poco alardeaba que su partido tenía fuerza para competir en el Estado de México y podría ganar sin alianzas en el 2018.
Nada más falso e irreal.El domingo pasado el PAN sufrió la peor humillación electoral al irse al cuarto lugar porque "El Cerillo" impuso a una pésima candidata.
Con la soberbia que lo caracteriza en los últimos meses, el líder panista ha tratado de maquillar esa humillación que le resta puntos positivos para su empecinada aspiración presidencial.
Hace pocos meses, el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya gozaba de una mediana reputación por la retórica que maneja.
Después de haber sido humillado en el Edomex, se ha convertido en una caricatura de la que todos se burlan.
En su acostumbrado afán protagonista, "El Cerillo" alardea que gracias a él, el PAN gobernará 13 entidades. Nada más falso.
Anaya calla y oculta que los triunfos de los candidatos panistas son por el liderazgo y estructuras creadas por los mismos candidatos.
Y en el caso de Nayarit, por la eficaz coalición de su candidato y operadores políticos.
¿ Por qué Anaya guarda un silencio sepulcral cuando le preguntan si podría concretar una mega alianza en el 2018 con los partidos de centro e izquierda?.
La respuesta es sencilla: porque carece de liderazgo y autoridad moral.
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