Europa y Japón han sufrido las inclemencias económicas de esta guerra comercial.
El euro está aún más expuesto al comercio con China que al comercio en dólares. Un aumento no deseado del euro sería un desastre para los fabricantes europeos que dependen de las exportaciones, y podría hundir al continente en una recesión.
Japón es la tercera economía más grande del mundo, pero se encuentra a merced de sus rivales más grandes. El yen se ha fortalecido recientemente frente al dólar desde principios de 2018, y ha vuelto a las valoraciones de 2016 frente al yuan. Esto ejerce una gran presión sobre el gobierno en sus esfuerzos por resucitar la economía.
Los mercados en Latinoamérica sufren subidas y bajadas con forme pasan los días.
Las monedas de la región son víctimas directas de la guerra de divisas. Es de hecho el peor de los escenarios ya que si el dólar se aprecia o se deprecia en exceso les pega a las monedas de la zona, al tiempo que el yuan chino sí tiene influencia en algunas economías con las que hasta hace no mucho tiempo mantenía intensas relaciones comerciales por compra de commodities, es el caso de Perú, Bolivia, e incluso Colombia.