La pesadilla para los miembros del morenovallismo no para y podría aumentar tras la pérdida del control del PAN.

Las cabezas más visibles de lo que fue el grupo político de Rafael Moreno Valle, saben que han perdido el último bastión que les quedaba para lucrar y negociar políticamente con cargos públicos.

Los Aguilar Chedraui, los Guillermo Velázquez, los Trawitz, los Marcelo García y un puñado de perdedores, no supieron ni pudieron defender su bastión.

El reacomodo será interesante porque Aguilar Chedraui pierde toda posibilidad de buscar la alcaldía de Puebla, posición asegurada para el talentoso Mario Riestra Piña, en caso de que el alcalde Lalo Rivera decida no reelegirse.

Mario jamás fue morenovallista porque Rafael nunca lo quiso cerca de su grupo. Le tenía desconfianza (infundada) al igual que el corrupto y servil Luis Banck. Hoy el tiempo podría premiarlo…

A Genoveva le fallaron muchas personas cercanas a ella. Su política de comunicación fue la misma que utilizó Martha Érika y por eso no supo comunicar nada relevante.

Le hizo falta el Chelo García para armar una estrategia digital de comunicación, pero éste anda más preocupado por buscar a Ricardo Monreal para evitar pisar la cárcel.

Y aunque gran parte de la operación política recayó en Jorge Aguilar, éste no pudo hacer gran cosa porque no daba la cara en eventos públicos ni reuniones con la militancia, lo que le restó fuerza entre los liderazgos.

El futuro no será fácil para los morenovallistas que equivocaron su camino porque algún día ellos lincharon y persiguieron al hoy empoderado alcalde de Puebla Eduardo Rivera Pérez, considerado el principal operador para recuperar el PAN y arrebatárselo al grupo que lo tuvo secuestrando desde el 2009, cuando Rafael preparaba su candidatura.

PD: se recomienda a los aprendices de periodismo leer, leer y leer la historia reciente porque dan pena ajena.