Con mucha pena le informo al público que la pantalla ubicada en el camellón central del bulevard del Niño Poblano retirada por el gobierno de Puebla, constituye en grotesco acto de censura a la libertad de expresión de quienes hacemos Contraparte.mx.
El acto consuma una serie de delitos como abuso de autoridad, robo, despojo y daño en propiedad ajena por parte de funcionarios del gobierno de Miguel Barbosa.
Deja indefensos los derechos políticos y laborales de quienes formamos este medio de comunicación.
El gobierno de Miguel Barbosa no toleró que publicáramos información que le incomoda, como críticas a sus funcionarios.
Me declaro un perseguido político y recurriré a instancias federales e internacionales para que Miguel Barbosa respete la Libertad de Expresión que establece la Constitución Política de México.
Con mucho orgullo me doy cuenta que el importante medio de comunicación que dirijo Contraparte.mx , ha logrado rebasar la prudencia, sensatez e inteligencia de los funcionarios estatales.
Aunque el gobernador Miguel Barbosa Huerta haya ordenado el retiro de la referida pantalla ubicada en la zona de Angelópolis, eso no cambiará que su gobierno se desmorone ante vacíos de poder, traiciones de su equipo cercano, corrupción de sus funcionarios y ahora actos autoritarios.
Ya veo de qué tamaño es el odio de la gente que le lleva intrigas al mandatario poblano, a quien le ganó el chisme de muy bajo nivel.
El robo de la pantalla mencionada y el abuso de poder del estado involucra a la secretaria del Medio Ambiente Beatriz Manrique y al secretario de Seguridad Pública Raciel López Salazar, a quienes se les debe aplicar todo el peso de la ley.
Desahuciados deben estar aquellos que piensan que la ley no les llegará porque deben recordar el caso del ex gobernador Mario Marín Torres, enjuiciado por autoridades federales y vencido por instancias internacionales.
Lo que diga al respecto el gobierno estatal será para encubrir los delitos que cometieron sus funcionarios.
Los delitos están consumados y las instancias ajenas al estado tendrán mi confianza.
Es cuanto.
