Ahora que parece haber una tregua entre el gobernador Miguel Barbosa y la alcaldesa Claudia Rivera, los detractores de la 4T en Puebla saben que se complicará el 2021.

Si ambos logran tolerarse y dejar de lado las diferencias que tienen, no habrá  forma para que la oposición gane la alcaldía de Puebla y varias diputaciones en el 2021.

De lo contrario, vendrá un tsunami electoral con pronósticos reservados.

Ni a Claudia Rivera, ni al gobernador Miguel Barbosa, les conviene una catástrofe electoral para el 2021. Serían perseguidos y exhibidos de manera vulgar, como gusta hacerlo el PAN.

Por eso las tropas Barbosistas y Riveristas deben entender que los tambores de guerra deben sonar pero para enfrentar al verdadero enemigo. No a los de casa.

Deben enviar mensajes de unidad y conciliación.

El Grito de Independencia fue una gran oportunidad para que ambos bandos se cuadraran y busquen el triunfo en el 2021, porque para su mala suerte no será un día de campo la contienda electoral.

Los panistas están deseosos de los tiempos electorales porque gobernaron por 8 años y necesitan trincheras de poder con recursos para enfrentar una elección sui géneris.

Hay muchos actores que se lamen los bigotes porque durante los gobiernos panistas simplemente tuvieron dinero a manos llenas. Hoy no saben vivir de manera austera ni republicana.