La pandemia podría cobrarnos muy caro si no actuamos con conciencia y responsabilidad.
A la vuelta de la esquina la psicosis llegará acompañada de actos vandálicos, desempleo y pérdidas económicas para todos.
A los gobiernos les es difícil decretar el prohibir que los ciudadanos salgan de sus casas, por la sencilla razón de las pésimas condiciones en las que viven los ciudadanos.
Desde mi punto de vista, es necesario que los mercados cierren porque se han convertido en un inminente foco de infección. No hay autoridad que los regule y meta en cintura.
Todos tenemos necesidades, pero debemos aprender de lo que en pocos días cambió la vida de millones de personas en todo el mundo, principalmente en España, Italia e Inglaterra y la poderosa Unión Americana.
El desastre en todos sus niveles es incalculable y la ferocidad de esta pandemia se sentirá en el mes de abril, cuando los gobiernos se hayan dado cuenta que sus decisiones fueron equivocadas.
La pandemia llegará y generará una psicosis que no conocemos y hasta suicidios podría causar, como sucedió con el ministro de Hacienda de Alemania.
Por cierto: ni el poder en todas sus expresiones y manifestaciones es tan poderoso como este mal.