Este domingo los mexicanos elegiremos al próximo presidente de México en la eleccion más competida de nuestra historia porque son miles de cargos de elección popular que se disputan entre presidencia, gubernaturas, alcaldías, senadurías, regidurías, diputaciones locales y federales.
Parece que las preferencias electorales están a favor de un personaje aunque no está todo escrito porque tiene en sus estructuras su principal talón de Aquiles.
Y es que si de algo padece este líder , es de las estructuras en cada una de las entidades federativas.
Sus estructuras electorales están formadas por ex priistas, ex perredistas y ex panistas con todo tipo de vicios que van desde la traición, hasta la tentación por el dinero que les ofrecen el día de la elección para comprarlos.
Su naturaleza los pone como mercenarios políticos y no como operadores políticos casados con un proyecto.
En Puebla y Veracruz, tendrá su prueba de ácido para descubrir si puede derrotar a los gobiernos que tienen estructuras contrarias a su proyecto.
Si fracasa, su partido solo será un partido sexenal.
Nadie ha medido que después de él ya no habrá un hombre que sea visto como luchador social, iluminado o mesías. Ya no habrá otro.
Si gana en esas entidades, su partido gobernará por lo menos dos sexenios el país.
Solo entonces nos daremos cuenta de lo que es.