Han transcurrido 18 meses desde su muerte y aún sigue haciendo daño.
El odio, el rencor, la venganza y la corrupción que abanderó, no se han borrado de la mente de los poblanos que recuerdan a su gobierno como un infierno.
En vida Miguel Barbosa terminó como un psociópata atrapado en un cuerpo que no le servía y por eso decidió violentar con saña a la sociedad poblana.
Aún se recuerdan todas las locuras que cometió, pero una ha cobrado actualidad: cuando perversamente ayudó a ganar la alcaldía de Puebla al hoy candidato del PAN Eduardo Rivera Pérez, porque odiaba a la peor alcaldesa que ha tenido Puebla: Claudia Rivera Vivanco.
Efectivamente Barbosa es el culpable de lo que hoy vemos en Puebla: acusaciones, filtraciones periodísticas, odio y rencor entre conservadores y neoizquierdistas y un enfrentamiento de clases sociales y grupos políticos que pelean el botín de 120 mil millones de pesos.
A Barbosa todos los candidatos lo deben recordar por haberle dado vida, poder y dinero a Eduardo Rivera.
¿Acaso nadie le comentó a AMLO y Sheinbaum la locura que hizo el psociópata Barbosa?.
No entiendo cuando AMLO y Sheinbaum le dirigen palabras de lástima a la viuda, cuando deberían ser de reproche y exigencias a regresar lo que el perverso robó.
Aún así, qué bueno, sigan protegiendo a lo que queda del ser de oscuridad que aún sin vida sigue haciendo daño a los poblanos. Regalen más diputaciones para que siga aumentando el descontento en las masas.