Félix Salgado Macedonio no tiene nada que ver con el México nuevo con el que sueñan los adictos a Lopez Obrador.
Ni es honesto ni es juarista ni es un hombre de ideas.
Digamos que representa todo lo contrario.
Es ignorante, rupestre, analfabeto funcional.
En otras palabras: es un paria de la política venido a más.
Son de antología los videos en los que aparece más borracho que una uva golpeando a un policía o a otros personajes.
Con esa misma desvergüenza subió a Tribuna en su calidad de senador y amenazó a los gobernadores descontentos con la figura de los súper delegados con aplicarles la desaparición de poderes.
Cuando Salgado Macedonio dijo lo que dijo todos se preguntaron si estaba ebrio.
Y es que éste es su estado natural.
No Guerrero: la ebriedad estúpida.
(Hay ebriedad lúcida como la que padece Muñoz Ledo. Y antes que él: Churchill y Reyes Heroles).
En Puebla, hay un Salgado Macedonio que no bebe tanto, pero es igual de deslenguado y folklórico: José Juan Espinosa.
El presidente de la Mesa Directiva es el responsable principal de la pésima imagen que se ha venido ganando el Congreso poblano.
Él y su mozo de espadas —Gabriel Biestro— han hecho del Congreso una pocilga.
No fue tarea fácil reducirlo a esa condición.
Hace falta talento para ello.
Talento y, faltaba más, tener el síndrome Salgado Macedonio.
José Juan sólo se calma cuando va al fraccionamiento El Hallazgo, en San Pedro Cholula.
(Y vaya que acude muy seguido)
Ahí encuentra la paz que sólo la juventud y la belleza pueden dar.
Eso sí: a cambio hay que regalar bolsas Prada, Chanel y Louis Vuitton.
Pero para eso está el Congreso: la caja chica de sus tentaciones.
Todo sea por el amor.
Por cierto:
Espinosa y Biestro resolvieron unilateralmente prohibir el acceso a las galerías del Congreso con el argumento de que dichas áreas provocan un “alto riesgo para los ocupantes”.
En otras palabras:
Se acabaron las sesiones públicas del Congreso.
A partir de este lunes dichas sesiones serán privadas, lo que contraviene el Reglamento Interno.
Esta decisión locuaz ya había sido planteada en forma de propuesta al seno de la Junta de Coordinación Política, pero fue rechazada por violar el citado Reglamento.
En aquella ocasión la presentó José Juan Espinosa, el nuevo Diputado del Amor.
¿Su argumento?
Que los fotógrafos convertían las fotos que tomaban en memes ofensivos.
Curiosamente el día en que hizo tal propuesta estaba fresca la imagen del diputado Biestro metido en unas mallas oscuras para hacer gimnasia rítmica.
La imagen generó risas y carcajadas en las redes sociales.
Hoy por fin lograrán lo que siempre han querido:
Que ni la prensa tenga acceso a las sesiones.
Esto, faltaba más, sólo ocurre en los congresos bananeros.
Bienvenidos a la Cuarta Transformación:
Puebla ya tiene su Congreso bananero.
Y silencioso.
Todo lo que pase en el Pleno quedará en secreto.
En un boletín de prensa, Gabriel Biestro anunció lo anterior al tiempo de que reveló que sostuvo un diálogo con todos los coordinadores de las bancadas para que los legisladores se conduzcan con madurez e institucionalidad al seno del Congreso.
Otra mentira más.
Y es que la diputada Rocío García Olmedo, coordinadora de la bancada del PRI, no participó de esas conversaciones.
¿La razón?
Que Biestro se fue a la Ciudad de México y quedó de buscarla a su regreso.
Nunca lo hizo.
Lo que sí hizo fue mentir al decir que había tenido reuniones con los coordinadores.
Su doble moral es otra vez patética.
Lo que en realidad piensa es vulgar y primitivo:
Que el conflicto en el Congreso es sólo de dos:
De Carlos Morales, de Movimiento Ciudadano, y del Diputado del Amor: José Juan Espinosa.
Con estos bueyes hay que arar.
De Asaltos en Motos y una Posible Solución
La medida es polémica pero ha evitado muchos atracos:
En Bogotá, Colombia, está prohibido llevar un acompañante en las motocicletas.
Y es que los asaltos en vía pública se habían multiplicado peligrosamente.
Por eso, el alcalde de Bogotá tomó la polémica decisión.
Y los asaltos vinieron a la baja.
En Puebla hay una banda de colombianos que realizan asaltos a bordo de motocicletas.
Y van de dos en dos.
El de atrás, inevitablemente, es quien comete el atraco, en tanto que el de adelante arranca veloz al término de éste.
¿Qué autoridad local tiene en las manos la posibilidad de cambiar el reglamento de tránsito para ese fin?
Se están tardando en tomar acciones que prevengan el delito.