Alguien debe decirle a Andrés Manuel López Obrador que sus aliados y empleados son la antítesis de lo que tanto pregona.

Sí, en Puebla, el diputado de Morena José Juan Espinosa Torres (presidente de la Mesa Directiva del Congreso estatal), es el ser más despreciado y violento de la entidad.

José Juan no solo es señalado por enriquecimiento ilícito y evasión de impuestos. No.

También es responsable de la constante violencia física y verbal que se presenta en el Congreso como la que protagonizó el martes pasado.

La fama de porro provocador de este personaje es de todos conocida, pero alcanzó su máxima expresión cuando llegó a destrozar un hotel acompañado por 200 golpeadores armados.

Desde entonces el también conocido JJ no ha dejado de actuar en contra de lo que pregona AMLO.

Si López Obrador quiere un país en paz, donde no tengan cabida los corruptos y se acabe la violencia, debe voltear y ordenarle al porro diputado que deje de contradecirlo con hechos.

Si los actos porriles del JJ continúan sin que pise la cárcel, entenderemos el doble discurso del mismo AMLO, quien con un manotazo puede hacer lo que no han logrado los psiquiatras el JJ.