El régimen de Corea del Norte estaría desarrollando ojivas cargadas de Ántrax y otras armas biológicas para sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM), según develó una investigación de la prensa japonesa.
El periódico Asahi citó a una fuente en el servicio de inteligencia de Corea del Sur que sostuvo que Pyongyang está realizando pruebas de calor y presión para intentar proteger a los agentes biológicos durante el lanzamiento y vuelo del proyectil.
Cuando los misiles balísticos de largo alcance, como el reciente Hwasong-15, llegan a su altura máxima y reingresan en la atmósfera terrestre, momentos antes de dar con el blanco, la temperatura alcanza los 7.000 grados centígrados, detalló Asahi.
De acuerdo con la fuente citada, el interés en desarrollar estas armas se debe a que el régimen de Kim Jong-un aún no ha logrado miniaturizar una ojiva nuclear, que es un paso previo a montarla en un misil y lanzarla.
Con información de Infobae