Vaya regalo que ofreció el mandatario poblano Miguel Barbosa a los periodistas que cubren sus actividades.
Apenas unos días atrás, varios festejaron el día de la Libertad de Prensa y otros se quedaron esperando ser llamados por el mandamás en Puebla.
El gobernador poblano le puso nombre y apellidos a la Boa que intenta desestabilizar su gobierno.
Prudente no comentó nombres de periodistas que a lo largo del prianismo se enriquecieron y añoran que regresen los tiempos del viejo régimen.
Y cuando digo eso, es porque conozco perfectamente los beneficios que los periodistas recibieron de cada gobernador: desde notarias y estaciones de radio (Bartlett/Montero), hasta camionetas, casas y dinero en efectivo a varios de ellos.
Por eso me parece atinado que el mandatario no haya festejado como antaño un festejo que más bien parece un pretexto para quienes lucran con la información.
Barbosa sabe por ejemplo de qué tamaño es la ambición de pseudo periodistas como Fernando Crisanto, quien en plena decadencia y ridículamente inicio un medio para lucrar con la información.
O Fernando Canales, quien se vendió por unas monedas con el nefasto JJ.
La lista es larga pero no es momento de exhibir a la boa, antes que se ponga a bailar.