Fabián Gómez
⁃ Hoy los poblanos son testigos de la absoluta separación de poderes que fortalece al Estado de Derecho.
El gobernador Alejandro Armenta es un hombre que promueve y respeta las leyes, porque son el fundamento para que se imponga el Orden y se combatan los delitos.
El veredicto en contra de Javier López Zavala por el homicidio de la activista Cecilia Monzón, es un parteaguas a la independencia del Poder Judicial. No es fortuito: Armenta impulsa esa división de poderes porque cree en una sociedad que tendrá justicia que en sexenios anteriores le fue negada.
Hace muchos años, se cruzaron los caminos políticos del hoy gobernador Armenta y de Zavala, pero eso no es para que Armenta hubiera caído en la tentación de ordenar torcer la ley; al contrario, el mandatario poblano obedeció a su génesis y no actuó con intromisión en el caso Zavala/Monzón. Simplemente dejó que los encargados de administrar la justicia emitieran su fallo, el cual por cierto fue condenatorio para el ex candidato del PRI a la gubernatura.
Armenta con hechos nos demuestra que también hay una nueva generación de políticos que desean erradicar los vicios de corrupción e ineficiencia.
Hoy el gobernador poblano enarbola dignamente la bandera de justicia que promueve el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum.
No se trata de actos con retórica, sino de acciones que dejan en claro que nadie está por encima de la ley, y eso incluye familiares, empleados, conocidos y ciudadanos en general.
Por cierto: el desaseo cometido por la entonces Fiscalía de Miguel Barbosa quedará también en el expediente Zavala-Monzón.
