La lucha que iniciará el presidente Andrés Manuel López Obrador contra los funcionarios de la Suprema Corte de la Justicia, es un acto de justicia para los 120 millones de mexicanos.
Y me parece que una vez más, el mismo AMLO saldrá victorioso porque los mexicanos tenemos sed de justicia, esa amante que tienen como rehén los magistrados, jueces, secretarios de acuerdo y escribientes entre otros.
López Obrador conoce perfectamente los altos niveles de abuso y corrupción de quienes laboran en el Poder Judicial.
Y por eso quiere limpiar ese cochinero que nos cuesta tanto a los mexicanos. Tan solo un magistrado llega a ganar 600 mil pesos mensuales, una verdadera burla que exhibe el hambre de dinero de quienes forman parte de los tribunales judiciales.
Pero los 600, 500, 400, 300 mil que ganan no es el negocio, la transa está cuando les llegan asuntos jugo$o$ en donde venden, manipulan, tuercen o interpretan la ley de acuerdo a sus intereses.
Y por si fuera poco, los magistrados contratan a sus conocidos: familiares, concubinas, nueras, yernos, sobrinos e hijos, con toda la impunidad y cinismo que los caracteriza.
El Sistema Judicial ya no aguanta más corrupción y abuso; y si AMLO prometió justicia debe iniciar una gran limpia de lo que es algo similar a un cártel de delincuentes que violan constantemente la ley.
Magistrados, jueces, secretarios de acuerdo y escribientes reprobarían exámenes de confianza por su nula transparencia y probidad.