El presidente Enrique Peña Nieto se ha convertido en el plomero de Andrés Manuel López Obrador.
A estas alturas ya no importa el costo que tenga que pagar. Le importa que le cumplan la impunidad que pactó.
Por eso Peña Nieto ha obedecido las órdenes de López Obrador. Y dos son las más importantes hasta el momento: la liberación de Elba Esther Gordillo y el brutal incremento del precio de la gasolina y demás combustibles.
El costo político lo absorberá Peña Nieto y a estas alturas solo le importa que López Obrador le cumpla la impunidad que le prometió.
Por cierto: ayer al recibir su constancia como Presidente electo de México, López Obrador dio un duro revés a Luis Miguel Barbosa, ex candidato perdedor a la gubernatura de Puebla.
AMLO le dejó en claro que no se meterá en pleitos perdidos por su partido.