Ahora que José Antonio Meade se convierta en candidato presidencial del PRI, bien vale la pena que renueve los comités estatales de su partido por la falta de liderazgo en diversas entidades.
Un caso representativo lo ilustra el dirigente del PRI en Puebla, Jorge Estefan Chidiac, señalado por estar alejado de las bases y marginar a grupos tradicionales priistas.
Estefan ha resultado un pésimo operador político, insensible y muy dicharachero.
Su política está basada en ocurrencias que retratan su loca personalidad.
La última locura que se le ocurrió es el declarar que el corrupto ex alcalde Eduardo Rivera Pérez, es buena opción para abanderar al PRI.
De inmediato se notan las fobias de Estefan en contra de los líderes priistas.
¿Qué dirán los Lastiri, los Doger, los Zavala, los Alcalá, los Morales, los Vega Rayet y hasta los Marín?.
¿Qué busca Estefan al hacer tan ridículo comentario?.
¿De plano necesitan salvar a Meade?.
Se ve que a Estefan no le importa el negro pasado de Rivera, quien no ha comprobado 180 millones de pesos de su administración.