La renuncia de Margarita Zavala de Calderón de las filas del Partido Acción Nacional (PAN), es la parte más oscura de una mujer que solapó todo tipo de imposiciones, errores y corrupción en el gobierno de su esposo Felipe Calderón.
Cuantitativamente no representa a un numeroso grupo y el berrinche y chantaje son claros. Como no seré favorecida, me voy.
No defiendo al nefasto líder nacional del PAN Ricardo Anaya, quien está dispuesto a acabar y sepultar al PAN en el 2018 por tragarse, perdón, agandallarse todas las candidaturas.
El enfrentamiento entre Anaya y los Calderón es simplemente por poder político, y ya se ve de qué manera arreglarán sus diferencias.
Por supuesto que detrás de Margarita está la ambiciosa mente de su esposo, quien es el autor intelectual de la tragicomedia de su mujer.
¿A qué intereses sirven ambos?. ¿Acaso apoyan al grupo político al que le entregaron el poder, concretamente al PRI de Peña Nieto? .
La crónica anunciada de Zavala, deja entrever que una pareja ambiciosa, caprichosa y mezquina, gobernó tan mal, que por eso tuvieron que entregar el poder.
Quien viera a Margarita Zavala con su atuendo de mujer redimida, abnegada, de mujer conservadora tratando de
poner en jaque a la coalición que puede ganar la presidencia de México.
El poder transforma y enloquece a los hombres. Y ya vimos que también a las mujeres.
Margarita es el vivo ejemplo de que está dispuesta hacerse explotar si es necesario para que la coalición PAN, PRD y MC, pierda la elección en el 2018.
Repito: ¿a quién beneficia ?.
Por lo pronto, la inmoral pareja Celderón-Zavala, le debe una explicación a los Panistas que los han apoyado.
Y en general a todo el pueblo de México.
Abandonan el barco cuando ya no lo pueden manipular a su antojo y prefieren hundirlo.
Espero que Calderón haya estado en sus cinco sentidos cuando aconsejó a su esposa.