Melitón Lozano fue bajado de la carrera por la gubernatura por haber incurrido en alta traición y omisión.
En realidad, Melitón nunca estuvo a la altura de poder encabezar la candidatura a la gubernatura en el grupo Barbosista. Si acaso una candidatura a diputación federal. Se la creyó y así como otros, más doloroso le resultó la caída.
El hoy ex titular de la SEP no supo honrar la confianza del mandatario Miguel Barbosa y se le adelantó el invierno, el cual podría ser tan crudo cuando se revisen las finanzas de la dependencia que encabezó de manera errónea durante más de 3 años.
Melitón perdió 3 cosas muy importantes: la falsa candidatura a la gubernatura, la SEP y la abultada chequera que da la dependencia.
Heredará una dependencia corrupta, con aviadores y uso de recursos para sus fines políticos.
A Melitón le ganaron la ambición y la soberbia. No supo que era un peón en el juego de ajedrez del Barbosismo y quiso convertirse en el sucesor; es decir, el rey.
Muy caro le costó su osadía, pero hay quienes aseguran que Melitón quería jugarse todo o nada, triunfo o derrota, vida o muerte… y vaya que encontró la muerte política.
Melitón es hoy un cadáver político. Veremos si se lleva sus centenares de acarreados que llevó aquel fin de semana en donde las “corcholatas” lograron juntar 5 mil asistentes.
Réquiem político perpetuo para un tipo gris sin grandes méritos.