Puebla ocupa los primeros lugares de violencia femenina, las últimas cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reflejan que en Puebla las estrategias para erradicar este fenómeno son ineficientes, la entidad ocupa el quinto lugar en feminicidios, el noveno en delitos culposos, el séptimo en lesiones dolosas, el octavo en trata de personas y el quinto en secuestros, lo que demuestra la inoperancia de las actuales políticas en la materia.

La Presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, Genoveva Huerta informó que la Secretaria Nacional de Promoción Política de la Mujer, Adriana Aguilar Ramírez, llamó a las autoridades para que detengan la creciente ola de delitos cometidos contra este sector poblacional.

Esta postura resulta irónica y paradójica, porque el secretario de estrategia para el sur del Comité Directivo Estatal del PAN en Veracruz, Arturo Calderón Lara, fue acusado de golpear a una militante de su partido durante las elecciones internas para designar delegados, realizadas el pasado 24 de noviembre.

Los hechos quedaron asentados en la carpeta de investigación 1306/2019, de la Fiscalía General, en la cual, el médico en turno certifica las lesiones de la víctima, Ana María “N”, secretaria de promoción política de la mujer dentro del panismo.
El funcionario de Acción Nacional fue designado una vez que entró como dirigente, Joaquín Guzmán Avilés. 

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Como le gustan los refranes a Genoveva Huerta, su postura es de “no ver la paja en el ojo ajeno”, pide que autoridades deben ofrecer más y mejor seguridad para las mujeres, principalmente en la capital del estado, toda vez que se ubica como el octavo municipio con mayor número de feminicidios.

“Puebla requiere un golpe de timón, porque a la par del desmesurado incremento en la incidencia delictiva, la violencia contra las mujeres ha ido en aumento. De nada sirvió haber emitido la alerta de género, porque los resultados han sido nefastos”, dijo.

Agregó que la violencia contra las mujeres es un mal que debe ser erradicado desde la raíz y un fenómeno en el que deben intervenir todos los sectores, porque “en la lucha contra violencia femenina no existen razones ni excusas tolerables”.

Enfatizó que el gobierno en sus tres niveles debe hacer todo lo posible para construir espacios de igualdad para revertir la violencia, la discriminación y la exclusión, pero en especial para contrarrestar la inercia de las costumbres y las resistencias al cambio: “cuando se aborda la violencia contra las mujeres desde todos los ángulos, la posibilidad de prevención se hace una realidad”.