La marcha en defensa del INE es una advertencia y claro rechazo a la reforma electoral impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sus lacayos.
Una advertencia por la fuerza social que se opone a la desaparición del INE en plena 4T.
Y un rechazo, porque a pesar de que muchos de los asistentes a la marcha votaron por AMLO en el 2018 y reciben algún beneficio de su gobierno, simplemente no apoyarán esa propuesta que ha sido interpretada para perpetuar a Morena en el poder.
La multitudinaria marcha significa un antes y un después para el gobierno de AMLO, porque antes se creía que las minorías eran su oposición y después, porque ya nos dimos cuenta que es un gran sector de la sociedad la que se opone.
A AMLO y su gobierno le han hecho falta operadores políticos con oficio que logren multiplicar los logros del gobierno federal. No solo enriquecerse desde sus cargos.
Ningún operador pudo convencer a los organizadores que no era el momento para salir a manifestarse y mucho menos pudieron dimensionar el tamaño y alcance de la mega marcha a favor del INE.
Con este tipo de manifestaciones, AMLO debe considerar que necesita encabezar una operación cicatriz al interior de su partido y evitar la carnicería que protagonizan Ricardo Monreal y Layda Sansores, responsable esta última de sembrar odio y practicar el espionaje, considerado un supuesto delito grave.
También AMLO debe considerar imponer como candidatos a los mejores cuadros que le multipliquen miles de votos en el 2024, porque la elección de ese año no será un día de campo…
La marcha en defensa del INE es un simple aviso para el gobierno de AMLO, cuyos operadores, paleros y medios a su servicio, simplemente fueron rebasados por el hartazgo y malestar social.
Ojo: no estoy a favor o en contra de la marcha, simplemente analizo la gran convocatoria de sus organizadores….
Por cierto: imagínese usted querido lector si Monreal y otros aliados de Morena salen a operar en contra del partido en el poder… la caída será de pronóstico reservado.