Con base en un juicio del orden civil interpuesto por el Ayuntamiento Municipal de Jalpan, el Tribunal Superior de Justicia de Puebla determinó quitar y desalojar, a Humberto César Olarte Romero Fajardo de una propiedad pública, que de manera ilegal se había apoderado, predio que determinaron las autoridades judiciales corresponde al terreno del campo deportivo La Raza.
Esta cancha de fútbol fue expropiada en 1982 por el Gobierno del Estado, a nombre de la Junta Auxiliar de Apapantilla, localidad perteneciente al municipio de Jalpan. En el desalojo intervino la fuerza pública municipal y el ministerio público de la Fiscalía de Puebla.
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Sin embargo, Humberto César Olarte Romero Fajardo reta a las autoridades, con el desacato de mandatos judiciales, al comenzar apropiarse de otra propiedad en el perímetro del campo deportivo La Raza, este predio se localiza en la vía federal justo donde atraviesan los poliductos de PEMEX, paralelos a la carretera México-Tuxpan, en la junta auxiliar de Apapantilla.
Cabe señalar que Humberto César Olarte Romero Fajardo salió de la cárcel de San Miguel, purgó la condena de 11 años de prisión, por el asesinato con premeditación, alevosía y ventaja en contra de Antonio Amador Jerónimo, sentencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Su padre, Humberto Corcino Olarte Romero fue tres veces presidente municipal y se convirtió en el hombre más rico de esta región en la Sierra Norte. Posee una enorme riqueza de propiedades que compró a partir de ser edil, que se extienden desde el municipio de Cazones, en el Estado de Veracruz, con playa privada, mansiones distribuidas en la cabecera Municipal de Jalpan, ranchos, bienes raíces en Huauchinango, incluso en la Capital del Estado.
Su hijo gobernaba desde la cárcel
Desde el reclusorio, Humberto César Olarte Romero Fajardo trabajaba y cobraba por sus servicios contables y financieros al Gobierno Municipal de Jalpan que presidía su padre. Daba asesoría de las finanzas y la contabilidad de la Tesorería Municipal. Desde la cárcel despachaba y resolvía, cualquier asunto. Su firma era tan válida como la del entonces alcalde Olarte Romero: "vaya a ver a Cesar", les decía a los ciudadanos que necesitaban resolver un asunto.
A la cárcel fueron a desfilar Directores de Área, regidores, empleados, funcionarios, para pedir autorización a Olarte Fajardo y poder desempeñar sus funciones. Todos los días hacían antesala y salvaban puertas de seguridad del CEFERESO SAN MIGUEL, para ser atendidos previa solicitud de cita del Presidiario: "era un milagro ser atendidos y regresar con una respuesta favorable, debido a la apretada agenda de Humberto César"; recuerdan algunos lugareños, seguidores y militantes del Partido Revolucionario Institucional PRI que regresaron como habían ido.