El gobierno de China prepara una auténtica revolución en materia de movilidad que incluye priorizar la fabricación de autos inteligentes y autónomos, así como suprimir la venta y fabricación de vehículos impulsados por combustibles fósiles.
Con esto, el gigante asiático se convierte en el cuarto país del mundo en realizar un anuncio de esta naturaleza, luego de Noruega, Reino Unido y Francia. Sin embargo, el caso de China supone un impacto mucho mayor debido a la población de casi mil 400 millones de personas y más de 300 millones de vehículos.
China analiza un cronograma para la prohibición de la manufactura y venta de vehículos que utilicen fuentes tradicionales de energía, si bien no cuenta con una fecha definitiva, anunció el viceministro de Industria y Tecnologías de la Información, Xin Guobin.
Durante su participación en un foro de armadores de vehículos en la ciudad de Tianjin, unos 100 kilómetros al sureste de Bejing, el funcionario llamó a los constructores a entender cabalmente la situación y ajustar sus estrategias.
En 2016 China produjo y vendió más de 28 millones de vehículos, cifra que lo mantuvo por octavo año consecutivo como el principal armador del mundo.
Además, es ya también el productor más importantes de vehículos que usan nuevas fuentes de energía, y también el principal mercado para ese mismo tipo de unidades.
En 2016 la nación asiática produjo y vendió medio millón de este tipo de vehículos, y en sus calles circula un millón de esas unidades, la mitad del total mundial, recordó un despacho de la agencia Xinhua.
La armadora sueca Volvo anunció que todos sus vehículos serán híbridos o eléctricos en el año 2019, mientras que Noruega se comprometió a no permitir la venta ni fabricación de autos a gasolina o diésel hacia el año 2025. El Reino Unido fijó como meta el año 2030, mientras que Francia espera lograrlo en el año 2040.