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La Corte Suprema reactivó el pasado jueves las expulsiones a terceros países en casos de migrantes con antecedentes penales graves, en medio de cuestionamientos legales y diplomáticos.
Los ocho inmigrantes detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) retenidos en una base naval estadounidense en Yibuti ya fueron deportados a Sudán del Sur, después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló en favor de esta expulsión que previamente había sido detenida por una orden federal.
“Tras semanas de demoras por parte de jueces activistas que pusieron en peligro a nuestras fuerzas del orden, el ICE deportó a estos ocho delincuentes indocumentados tan atroces que ni siquiera sus propios países los aceptan”, mencionó la portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin.
Los migrantes procedentes de países como Cuba, México, Laos o Myanmar, se encontraban en Yibuti bajo custodia tras la orden del juez Brian Murphy, que declaró ilegales las deportaciones de migrantes a terceros países si no se les notificaba con al menos 72 horas de antelación y sin la oportunidad de oponerse.
Uno de los deportados es el mexicano Jesús Muñoz Gutiérrez, condenado a cadena perpetua por asesinato en segundo grado en Florida y quien fue detenido el 12 de mayo de 2025 por agentes del ICE. Además, se le identifica como un miembro “sin ranking” en el liderazgo de la pandilla “Brown Pride”.
Hace unos días, Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), informó que Muñoz se encontraba en buen estado de salud y que se recopilaba más información sobre su caso.
El alto tribunal levantó el bloqueo judicial en junio y el pasado jueves ratificó su decisión con siete votos a favor y dos en contra. El viernes, los ocho migrantes -que se encontraban en la base estadounidense de Yibuti, en África oriental- perdieron su último recurso de apelación por la decisión del juez Brian Murphy, de Massachusetts.
Ante ello, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense deportó el sábado a los ocho migrantes a Sudán del Sur en un vuelo especial.
“Esta fue una victoria para el Estado de derecho y la seguridad del pueblo estadounidense. Agradecemos a nuestras valientes fuerzas del orden del ICE por su sacrificio en defensa de nuestras libertades”, aseguró McLaughlin.