QUITO -- Más de una hora y media después de lo pactado el Atlético Tucumán pisó la cancha del estadio Atahualpa para jugar con El Nacional el partido de vuelta de la segunda fase de la Copa Libertadores y poner fin a un hecho insólito que pudo costar la eliminación sin jugar del club argentino.
Un retraso de alrededor de tres horas en el viaje de la delegación del Tucumán desde Guayaquil, ciudad elegida para minimizar los rigores de la altitud de la capital ecuatoriana, puso en riesgo la disputa del encuentro para dirimir la serie que en la ida arrojó un empate 2-2 el 31 de enero.
El reglamento de la Confederación Sudamericano de Fútbol (Conmebol) permite un retraso de hasta 45 minutos en casos de fuerza mayor, lapso que resultó insuficiente para que el conjunto argentino llegara a la cita en estadio Olímpico Atahualpa.
El encuentro debió jugarse a partir de 19.15 horas (00.15 GMT del miércoles) pero comenzó a las 20.42 (01.42 GMT del miércoles).
Antes de que se produjera la atropellada llegada al estadio de la delegación del equipo visitante, el entrenador de El Nacional, el uruguayo Eduado Favaro, declaró a Fox Sports que "las reglas están para cumplirse".
"Nosotros queremos jugar, pero hay un reglamento que queremos respetar. Las reglas están para cumplirse. Estamos en una copa internacional, hay muchos intereses. Podemos esperar diez minutos más, pero hasta ahí", añadió.
El presidente de El Nacional, Tito Manjarrés, también fue enfático en hacer cumplir el reglamento de la Conmebol.
No obstante, se acordó continuar con la programación, aunque el club ecuatoriano manifestó que "jugaba bajo protesta", lo que abre la posibilidad a que haya después una demanda contra el resultado final.
El Atlético Tucumán comenzó el partido vistiendo el uniforme de la selección argentina.
El clasificado de esta serie se enfrentará en la tercera fase con el Atlético Junior, que hoy goleó en casa al Carabobo por 3-0, una semana después de haberle vencido en Venezuela por 0-1.