O un ser ambicioso pero muy precavido que cuida sus intereses.
Me explico:
El despido de Luis Videgaray como secretario de Hacienda del gobierno peñista tiene dos lecturas:
Es un castigo a Videgaray por haber influído e incidido para que fuera invitado el aspirante a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump, con resultados desastrosos.
O es una jugada magistral para que desde ya, Videgaray cuide y vigile los negocios que han construído ambos al amparo del poder y combinados con sus pésimas reformas estructurales.
Esos negocios tienen claros objetivos: Pemex y CFE.
A nadie debe sorprender que Peña Nieto haya entregado la cabeza de Videgaray para justificar sus torpezas políticas y económicas.
Pero tampoco debe sorprender que prefiera cuidar sus intereses, pues sabe que entregará el poder al PAN...porque a Morena jamás.
Peña Nieto es una verdadera caricatura real, con una dosis de inteligencia del Chavo del 8.
Tanto error, incapacidad, ambición y corrupción, lo han puesto en el lugar que se merece: el desprestigio.
Pobre México, pobres mexicanos.
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