La ex secretaria de Finanzas del corrupto gobierno de Miguel Barbosa, María Teresa Castro Corro, siempre supo que ella sería declarada culpable del saqueo que hizo en ese periodo al enviar 604 millones de pesos a la institución bancaria denominada Banco Accendo.
Tras haber sido descubierta, Castro Corro se defendió como fiera herida y de manera violenta negó el robo sexenal.
Tenía la instrucción de negar el brutal acto de corrupción que aprobó Miguel Barbosa, quien no llegó a comprender el riesgo de invertir en una institución bancaria de alto riesgo según la CNBV. Miguel para ese entonces estaba completamente ciego y a punto de morir. Y ella se aprovechó de esos factores.
Hoy el Poder Judicial la pone en su lugar y la ha encontrado culpable del robo en el que están involucradas varias féminas que sabían lo que ordenaba Barbosa.
El castigo que recibirá Teresa Castro no es suficiente con regresar 362 millones de pesos, falta que aceleren la investigación penal para que pague con pena corporal el abuso que cometió.
Largas noches de insomnio vendrán para esta cínica mujer que intentaba pasar con una honestidad y pulcritud de las que carece porque sirvió a un ser que pervertió las instituciones y la burocracia.
Miguel Barbosa ya está muerto, pero dejó una herencia de corrupción que jamás se olvidará y de la que mucho conoce su esposa Rosario Orozco viuda del mal.
Por cierto: más le vale a la viuda del mal comprar una candidatura para continuar con impunidad, porque de lo contrario conocería algo espantoso que no conoce.
