Por supuesto que hay por lo menos dos personajes visibles a los que les interesaba tener el control del gobierno de Puebla tras la muerte de Miguel Barbosa.
El primero es Ignacio Mier Velasco, quien no esperó que se realizara siquiera el velorio de Barbosa, para pedir al titular de Segob, Adán Augusto López y al líder nacional de Morena, Mario Delgado, para que maniobraran con AMLO y pudieran imponer a su hombre de confianza Enrique Doger, en lugar de Céspedes.
Afortunadamente, López Obrador conoce la desmedida ambición de nachito y no le entregó el Estado que está convulsionado socialmente desde el 2017. Ya no aguanta más derramamiento de sangre, saqueo y corrupción. Y nachito terminaría por hundirlo…
El otro ser ambicioso que intentó agandallarse la gubernatura tras el deceso de Barbosa, es Fernando Manzanilla Prieto, mejor conocido como el Córdova Montoya en versión más perversa.
Manzanilla espera que algún poder de oscuridad le premie tanto daño que ha hecho a Puebla con las traiciones y perversiones que ha cometido, al grado de desbaratar a la familia de los Moreno Valle.
Esos son los principales personajes que serían beneficiados… afortunadamente, su perversidad solo se convierte en politiquería barata.