Como un bandido que se oculta para no ser reconocido, camina literalmente disfrazado por las calles y centros comerciales de Puebla el morenovallista Cabalán Macari Álvaro, uno de los hombres de mayor confianza del extinto Rafael Moreno Valle.
Recordado por las corruptelas y extorsiones que hacía como Secretario de Infraestructura, Cabalán es el claro ejemplo de la impunidad y suerte.
Impunidad porque no está en la cárcel por tantos actos delictivos que cometió al extorsionar a contratistas y proveedores de la Secretaría de Infraestructura; y suerte porque es (después de Roberto Moya), el segundo hombre de todas las confianzas que atesoró los negocios de su protector Rafael Moreno Valle.
Y el mismo Cabalán puede explicarle a Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno de López Obrador, en dónde fueron a parar miles de millones de pesos que Rafael Moreno Valle le entregó para custodiarlos
La complicidad entre Rafael y Cabalán era tal que el primero intentó inflarlo para imponerlo como mini gobernador, pero a Cabalán no le gusta ensuciarse los zapatos ni saludar a la gente humilde , por lo que Rafael abortó la idea.
Cabalán tuvo un papel importantísimo en la estructura del morenovallismo y fue uno de tantos que calló cuando se colapsó el helicóptero en el que viajaban sus corruptos protectores.
Nada tonto: no soportaría una auditoría de Hacienda sobre los miles de millones de pesos que le dejó Rafael.