Ahora que la otrora influyente comunidad libanesa se reunió con el gobernador Miguel Barbosa, vale la pena hacerle algunas preguntas.
Primero si aprueban la conducta delictiva de sus hayes (hermanos) que han sido participes del robo y saqueo del erario en diversas administraciones.
Segundo, si se pronunciarán en defensa de quienes son investigados por el gobierno de la 4 T por haber realizado actos delictivos, como el caso de Jorge Estefan, ex secretario de Finanzas en el gobierno interino.
Tercero: si ya olvidaron el amor eterno que le juraron a la ex gobernadora Martha Érika Alonso.
Y por último: si apoyan que caiga todo el peso de la ley en contra de sus hermanos dedicados a la política y ex funcionarios que cometieron actos de corrupción.
Solo así, la comunidad libanesa podrá recuperar la credibilidad y honorabilidad que tuvo hace décadas.
Hoy los libaneses ya olvidaron que sus ancestros vinieron a trabajar, invertir y participar en beneficio de la comunidad. Hoy más bien parece que varios ven al gobierno como una empresa para enriquecerse.
Servidos.