En las próximas semanas vendrá una avalancha de órdenes de aprehensión contra ex funcionarios que abusaron de su cargo para hacer negocios y enriquecerse al amparo del poder.
Y esas incluyen a ex funcionarios del gobierno interino que se enriquecieron porque creyeron que serían ratificados por el gobernador Miguel Barbosa.
No habrá sorpresas ni tampoco se inventarán delitos. La autoridad solo se limitará a investigar por qué tienen millonarios depósitos en sus cuentas, casas, terrenos, joyas, vehículos de lujo e incluso hoteles y edificios.
Todo está listo para ver “La Persecución”, una película que rebasará la realidad.
Por cierto: entre los delincuentes que merecen cárcel por el enriquecimiento inexplicable destaca el caso del diputado José Juan Espinosa Torres, quien posee propiedades con un valor superior a los 250 millones de pesos y están a nombre de sus hijos y familia.
En este medio destapamos la ubicación de una millonaria propiedad del JJ, gracias a que un servidor le vendió un terreno de casi mil metros cuadrados absorbidos hoy por jardines e inmuebles de lujo, un colegio y un hotel instalados en por lo menos 4 hectáreas.