Son varias las dependencias infestadas de corrupción por personajes que cometieron actos delictivos al amparo del poder político del gobierno interino de Puebla.
El gobernador electo Miguel Barbosa conoce el tamaño del abuso y voracidad en las secretarías de Infraestructura a cargo de Antonio Peniche y Finanzas de Estefan.
Sabe del robo en Comunicación Social a cargo de Fernando Crisanto y en el DIF de Arturo Hernández Davy.
También en Transporte, Seguridad Pública...
En esas dependencias no frenaron la corrupción que dijeron que había; al contrario, le rindieron culto.
Por eso ninguno fue ratificado.
El abuso es enorme y de ese tamaño será la molestia y posiblemente el castigo que reciban.
Por cierto: me cuentan que el fondo que manejan los gobernadores de manera discreta será auditado con lupa, porque Estefan destinó dinero para acciones y eventos no relevantes.
El gobierno de Miguel Barbosa recibirá un aparato burocrático infestado de corrupción y abuso de poder.
Por eso propondrá crear una nueva Ley Orgánica para frenar a quien quiera extralimitarse de sus funciones... y ambiciones.
El mandatario electo sabe perfectamente ejercer el poder y necesita que sus colaboradores no roben, mientan ni engañen y sean leales a su gobierno.
Vendrá una revolución y renovación en la clase política local.
Al tiempo.
