Mientras en el búnker del candidato de Morena, Miguel Barbosa, llevan a cabo intensas jornadas de trabajo para planear lo que harán ese día, en el PAN existe un total desinterés de sus dirigentes para tratar de hacer un buen papel.
Caso concreto se pudo ver el día de ayer, cuando el coordinador general de la campaña de Enrique Cárdenas y en ocasiones vocero oficial, Francisco Fraile, prefirió ir a un restaurante de la zona de Angelópolis a degustar una comida de placer.
Casualmente en la mesa contigua se encontraba el ex coordinador de la campaña de Martha Erika Alonso, Franco Rodríguez, testigo de la escena.
No me imagino que Fraile piense como en sus tiempos de juventud, cuando su máxima era que ganaba perdiendo para negociar diversos privilegios.
Tampoco quiero pensar cómo estarán los que forman parte de la estructura electoral panista, si ven al propio fraile festejando anticipadamente la derrota.
Lo cierto es que la historia está escrita y en la próxima columna hablaré de una Puebla diferente, de lo que ocurrirá en los próximos cinco años y medio.