¿Qué ha hecho que el otrora brillante diputado y líder del PRI en Puebla Jorge Estefan Chidiac, tome una actitud revanchista en contra del gobierno electo al que pretende grillar para disminuirle participaciones federales?.
¿Acaso Estefan quiere castigar a los miles de poblanos que no votaron por su corrupto partido?.
¿O de plano no ha superado el trauma que implica que su concuño Tony Gali sea el gobernador electo?.
Me parece que Estefan ha demostrado el bajo nivel político que tiene.
A través de redes sociales, su partido denunció un supuesto robo a sus oficinas sin que algún miembro de la dirigencia diera la cara.
Fue hasta este lunes cuando el mismo Estefan en rueda de prensa denunció los hechos. Demasiado tarde a mi parecer.
Se ve el interés que Estefan le tiene al PRI.
¿Habrá estado desvelado o enfiestado?. Ese es su gusto.
Lo que no debemos permitirle es que  amague al gobierno electo al que desea ver en el fracaso, pues no puede asimilar un triunfo político, profesional y de vida de su propio concuño, el gobernador electo Tony Gali, a quien quisiera dejar sin recursos para impedir que cumpla sus compromisos.
"Yo lo hice", solía presumir Estefan cuando se refería a Gali.
"Es mi estructura", alardeaba.
Pasaron los años y Gali se convirtió en uno de los hombres más importantes del gobierno morenovallista y actualmente es el gobernador electo.
Solo eso explica el rencor de Estefan contra los Gali, pues a estas alturas sabe que jamás será gobernador de Puebla.
Creía que ganando Blanca Alcalá sería el candidato natural para sucederla, pero como jefe de la campaña de su amiga cometió todo tipo de pifias y errores que lo pusieron en el trono que merece: el de perdedor.
Y desde entonces no se ha quitado el traje de revanchista.

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