El líder del PRI, Jorge Estefan Chidiac, parece un personaje novelesco amargado y enloquecido porque sabe que jamás será gobernador de Puebla. Estefan tiene dinero, pero muchísima hambre de poder. Cada que dice algo o anuncia acciones legislativas o partidistas, van dirigidas a entorpecer el trabajo del gobierno de Puebla. Y aunque diga lo contrario, sus acciones lo dicen todo. Solo así sacia su hambre de ser, de poder, su hambre política. ¿Por qué enarbola la bandera en defensa del manejo transparente del presupuesto para evitar que los gobernadores malversen los recursos?. ¿Tiene dedicatoria a su concuño, el gobernador electo Tony Gali?. ¿Tiene calidad moral para hacer esas propuestas si manipuló el Fobaproa y operó las tarjetas de Monex, que son un verdadero escándalo de corrupción?. Estefan es el menos indicado para pedir transparencia y rendición de cuentas, pues ha sido el plomero que ha limpiado la cloaca del PRI en esos temas. Es cómplice de todos los ex funcionarios y empresarios beneficiados con dinero público. pero es desconocido en todo el estado y su carrera política no llegará muy lejos. Quizá el próximo ocaso de su carrera política lo haga enloquecer al grado de eregirse como el impulotu que no es.  Creo más bien, que es un personaje inmoral que no tiene permitido ni siquiera pedir cuentas a partidos opositores al corrupto PRI.   

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