Aunque eran devorados por ratas y perros, se presume que antes fueron torturados y arrojados al sitio, puesto que no hay otra causa –hasta el momento- que indique cómo llegaron al fondo de la barranca ubicada en Privada San Pedro y avenida El Conde.

De acuerdo a las primeras pesquisas, se escuchaban gritos del fondo de la barranca. Los vecinos avisaron al número de emergencias. Cuando los paramédicos llegaron al sitio confirmaron que había un hombre.

Al descender para sacarlo del sitio, aún presentaba signos vitales y alcanzó a decir su edad, pero no su nombre y cuando era retirado, falleció de un infarto.

Este hombre ya no tenía una oreja y tenía desprendido el cuero cabelludo. Al hacer una revisión los paramédicos encontraron otro cadáver, de un hombre, quien ya no tenía un brazo y una pierna.

Los dos estaban completamente desnudos, se presume que fueron golpeados y arrojados en el sitio. En el fondo los perros y las ratas los devoraron. Los restos humanos fueron llevados al anfiteatro.