A pesar de las garantías que otorga la ley mexicana para los hablantes de alguna de las 68 lenguas indígenas del territorio nacional, en muchas ocasiones esto dista de ser una realidad cotidiana. Una muestra es el caso de Alfredo Moreno Álvarez, estudiante de la Facultad de Ciencias Químicas y hablante de tu’un nda’a vi [mixteco]. A lo largo de su vida, reconoce que ha sido discriminado por hablar una lengua indígena, o bien por “no saber hablar bien el español”.
Originario del estado de Guerrero, Alfredo creció en un contexto en el que el uso del tu’un nda’a vi fue predominantemente mayor al español. Sin embargo, más de la mitad de sus hermanos prefirió dejar de hablarlo por distintas razones: “una porque les da vergüenza, otra porque no les gusta, otra porque... bueno, a veces, incluso a mí, hemos tenido cierto tipo de discriminaciones, entonces prefieres no hablarlo al público para que no se enteren de dónde vienes y hacerte pasar como si nada en medio de los demás”.
Sumado a la hegemonía de contextos hispanohablantes en distintas esferas de su vida, la predominancia del inglés en el mundo académico ha sido un factor que ha desplazado de forma considerable el papel del mixteco en sus labores cotidianas, relata. “Te están presionando o exigiendo mucho hablar otro idioma: ahora, en donde sea, es el inglés. Quieras o no quieras, tienes que aprender a fuerza el inglés. Tienes que tomar en cuenta esta prioridad y dejar los otros; incluso el español”.
Al platicar sobre la discriminación lingüística a la que se ven sometidos hablantes de lenguas indígenas, Alfredo relata que ha pasado por situaciones en las que su acento o su lengua han sido motivo de agresiones, aún más “cuando sabía menos el español”. En una ocasión, mientras trabajaba, un malentendido con una señora hizo que ella le recriminara su competencia en español: “ya estás grande, ni siquiera sabes hablar bien el español”. Ante la agresión, Alfredo respondió de la misma forma que emplea frente a esta clase de situaciones: “los dejo que me critiquen, sin responder nada y ya”.
A pesar de esta relativa solución, el estudiante de la BUAP considera que es necesario que las personas cuya lengua materna es el español sean conscientes de las dificultades que el aprendizaje de este idioma puede presentar para quienes no la comparten, como en su caso. “Que la gente sea más comprensible y que no ataque luego luego”. En el trasfondo, es notable que procesos como la castellanización obligatoria atentan contra el libre desarrollo de cada persona en la lengua con la que elija vivir.