La entrega de los expedientes de reconstrucción de 100 casas en Santa Cruz Cuautomatitla, un poblado campesino a las faldas del volcán Popocatépetl, se convirtió en un evento de reflexión y celebración sobre las virtudes y ventajas del trabajo colaborativo de las universidades, la sociedad civil organizada y el Estado con las comunidades.

La participación del Centro Universitario de Prevención de Desastres Regionales (Cupreder), el Centro Universitario de Participación Social (Cups) y la Facultad de Ingeniería, de la BUAP, en las tareas de reconstrucción de casas afectadas por el temblor del 19 de septiembre de 2017 concluyó su primera fase con la entrega formal de estos expedientes por parte de Román Meyer, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano del gobierno de México; Aurelio Fernández, director del Cupreder; Salvador Corona, presidente municipal auxiliar de Cuautomatitla; Roberto E. Grajales, director regional de Banorte; y las titulares de la cooperativa Tosepan y de la Comisión Nacional de Vivienda, Paulina Garrido y Edna Vega, respectivamente.

Este banco comercial entregó 10 millones de pesos para apuntalar este proyecto de colaboración horizontal, diseñado por el Cupreder bajo la premisa que la comunidad debe intervenir y consensuar el proceso de asignación de recursos para evitar rupturas y enfrentamientos. Esta matriz de resolución de conflictos fue implementada por Samuel Contreras, economista del Cupreder.

Por otro lado, la función de técnicos, ingenieros, arquitectos y colaboradores de la BUAP fue aportar los saberes constructivos que pudieran facilitar la rehabilitación de las casas, evitando la repetición de errores en el armado de casas habitación que terminan provocando el hundimiento o cuarteamiento de edificaciones reconstruidas tras eventos sísmicos de gran magnitud.

Las propuestas de diseño antisísmico de la Facultad de Arquitectura de la UNAM se conjuntaron con los de la Facultad de Ingeniería de la BUAP, coordinados por Carlos Bustos, dando lugar a un esquema de construcción a la carta, es decir, ajustando los planos a las necesidades de los vecinos y al tipo específico de suelo y actividades.

La técnica utilizada en el proyecto Tamakepalis consistió en la cimentación con plataforma de losa que, en terrenos blandos, evita el movimiento de las casas y prosiguió con el reforzamiento de las esquinas y del conjunto de columnas, trabes y castillos que sostiene cada edificio.

Para Aurelio Fernández, director del Cupreder, esta tarea colectiva es “el resultado de una muy importante conjunción de esfuerzos y recursos que inicia con el proyecto Tamakepalis”. Una iniciativa que refuerza tanto el compromiso social de la BUAP,  como la capacidad de coordinar esfuerzos entre instancias diversas y plurales que “toman en cuenta la opinión y las decisiones de las comunidades afectadas por desastres naturales”.