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Alessandro Gobbis, titular de la Fiscalía de Milán, en Italia, investiga a millonarios de ese país que participaron en el caso que ahora han denominado "safaris humanos", que ocurrieron durante los años 90 en la guerra de Serbia y Bosnia, por la cual el general serbio Radovan Karadzic se encuentra preso por genocidio.
Los "safaris humanos" fueron documentados y denunciados por el periodista italiano Ezio Gavezzani, quien realizó una cobertura durante la guerra de Bosnia y Serbia. Ahí, descubrió que multimillonarios europeos y de otras partes del mundo, incluidos italianos a los que denunció en su país, pagaban fuertes sumas de dinero para poder disparar en contra de civiles, adultos y niños por igual.
“Había alemanes, franceses, canadienses, rusos, estadounidenses y españoles”, señaló al diario La Vanguardia Ezio Gavezzani, el periodista que investigó y denunció el caso. Actualmente, las autoridades se encuentran investigando a italianos multimillonarios que en aquellos años acudieron al llamado turismo de guerra.
Abogados, empresarios y contadores, quienes pagaban por safaris humanos en Sarajevo
Estas personas pagaban por "cazar" a seres humanos, quienes se encontraban en una zona de guerra, ya de por sí. Los multimillonarios eran escoltados por las milicias serbias, quienes los recibían a las afueras de su territorio y los llevaban a Sarajevo, resguardados. Después de su "cacería", volvían a sus mansiones y hacían su vida de manera normal.
Benjamina Karic, ex alcaldesa de Sarajevo, confirmó la versión del periodista, pues incluso detalló que existía una especie de lista de precios, de entre 80.000 y 100.000 euros, pues "disparar a niños era más caro". Las atrocidades que ocurrieron en la guerra llevaron al general serbio Radovan Karadzic a ser encarcelado por crímenes de genocidio.
Ezio Gavezzani señala que las víctimas de las cacerías y los millonarios no tenían ningún tipo de relación, no se conocían, no existían motivos para que los atacantes quisieran dispararles. "Yo pensaba que quien mata siempre tiene una motivación fuerte detrás, pero me equivocaba. Iban de safari, como lo llamaban ellos", dijo el periodista.
A pesar de que para muchos, estas atrocidades podrían parecer acciones que haría un monstruo, Gavezzani indicó que “no eran mercenarios ni fanáticos. Eran abogados, empresarios, contadores", personas con profesiones, empresas y que tenían una aparente vida normal, pero eso sí, sabían tirar armas, pues incluso tenían permisos y entrenamiento.

