Una purga histórica al interior de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), se lleva a cabo para evitar que se pervierta esta institución que fue contaminada en el pasado reciente.

Terminarán 12 largos años de corrupción que fomentaron los gobernantes y sus colaboradores en turno.

Se iniciarán carpetas de investigación con mano firme para acabar con el modelo de negocios a través de la justicia.

Los gobiernos de Rafael Moreno Valle, Miguel Barbosa y de Sergio Salomón, permitieron el libertinaje de sus elementos y se acostumbraron a que la institución era una caja chica que generaba recursos a través de la extorsión y el chantaje.

Por eso no es raro que varios fiscales sean obligados a separarse de su cargo, sobre todo porque se les perdió la confianza.

En un hecho histórico, el gobierno de Alejandro Armenta termina con el ciclo de las fiscalías encabezadas por personajes foráneos que venían a depredar la justicia.

Gilberto Higuera y Víctor Carrancá fueron impuestos como cuotas en otros sexenios y contaminaron la procuración de justicia en detrimento de la sociedad.

Se fueron y dejaron incrustado ese cáncer llamado corrupción que será combatido con mano firme nuevamente.

Habrá relevos importantes en las Fiscalías Especializadas de Secuestro y Extorsión. En la Fiscalía Metropolitana, en la de Investigación Regional, en ma de Combate a la Corrupción y en la Especializada de Investigación de Delitos de Alta Incidencia.

Se prepara un golpe mortal a la ineficiencia, al libertinaje, al negocio y a la corrupción.

Quien no entienda que la prioridad son los poblanos, simplemente no tendrá cabida en un gobierno de corte humanista.