Por ello, millones en China emprendieron este jueves 19 de enero viajes hacia sus lugares de origen para celebrar las vacaciones del Año Nuevo Lunar, una situación que “preocupa” al presidente Xi Jinping por la propagación del COVID en las zonas rurales.
Las autoridades chinas prevén que se realizarán más de 2 mil millones de viajes en un periodo de 40 días entre enero y febrero en China, en uno de los mayores desplazamientos masivos de personas en el mundo.
La llegada a las zonas rurales de decenas de millones de residentes de las ciudades, donde se ha propagado ampliamente el coronavirus, hace pensar que los contagios aumentarán en los pueblos, con poca infraestructura sanitaria.
Este jueves, las principales estaciones de tren de Pekín y Shanghái estaban abarrotadas. Varios viajeros contaron lo contentos que estaban de pasar las fiestas con sus familias.
“¡Ya no me importa nada!”, dijo en Shanghái una mujer llamada Chen, que se dirigía a Wenzhou (sureste). “El año pasado, vigilaba mucho. Este año, me siento mucho más valiente”, añadió.