La situación que en los últimos días se vive en Tierra Santa ha provocado que el Papa Francisco lance un nuevo llamado a la paz y al respeto como Ciudad Santa que es Jerusalén.
“No puedo guardar silencio por mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días y, al mismo tiempo, dirigir un sincero llamado para que sea compromiso de todos respetar el status quo de la ciudad, en conformidad con las pertinentes resoluciones de las Naciones Unidas”, dijo el Pontífice al final de la Audiencia General.
El Papa también señaló que “Jerusalén es una ciudad única, sagrada para los hebreos, los cristianos y los musulmanes, que en ella veneran los lugares santos de las respectivas religiones, y tiene una vocación especial a la paz”.
“Pido al Señor que tal identidad sea preservada y reforzada a beneficio de Tierra Santa, Oriente Medio y del mundo entero y que prevalezcan sabiduría y prudencia, para evitar añadir nuevos elementos de tensión en un panorama mundial ya convulso y marcado por tantos y crueles conflictos”.
Una nueva crisis se ha desatado en los últimos días en Israel por el proyecto del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén. Esto conlleva el reconocimiento estadounidense de la Ciudad Santa como capital de Israel, lo que genera fuertes controversias.
El estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, y ambas partes reivindican la ciudad como su capital.
El pasado octubre, el Papa Francisco ya defendió el status quo de Jerusalén, y afirmó que es una “ciudad santa donde todos deben poder vivir en paz”.