Mientras que hay transas de cuello blanco que se esfuerzan para crear entramados empresariales y, así, no se vea tan descarada la evasión fiscal que cometen… y si se da el caso, pagar lo mínimo posible, en nuestro país el asunto ya dejó de ser así de romántico. Al momento que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) se dirige a estos malandros de élite, ellos simplemente aplican la ñera: “Soy amigo del presidente… no voy a pagar”.
De acuerdo con Animal Político, luego de las revelaciones hechas por los “Panamá Papers”, el SAT se puso a investigar el caso en territorio nacional y así dieron con 83 personas que han intentado ocultar sus carnositos ingresos. Sin embargo, de poco sirvió el esfuerzo de los encargados de recaudar impuestos, ya que uno de esos personajes tajantemente dijo que no iba a pagar ni maíz… con todo y que es señalado como uno de los tres empresarios que mayor cantidad de impuestos había evadido con el mecanismo basado en empresas offshore. ¿Por qué? Pues porque su cuate el presidente lo respalda y, a ver, díganle algo.
Recordemos que fue en abril del año pasado cuando en medios nacionales e internacionales se difundieron documentos del despacho Mossack Fonseca, los cuales dejaron ver que decenas de empresarios, políticos y celebridades, movieron fuertes sumas de dinero en empresas offshore con sede en países con muuuuy baja imposición fiscal. Claro, esto con el objetivo de que esas ganancias (legitimas unas… otras, quién sabe), no fueran mochadas por los servicios tributarios de sus respectivos países.
Según los registros de los “Panamá Papers”, 328 personas inscritas en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) de México tenían vínculos con el despacho Mossack Fonseca, de los cuales 83 habrían ocultado sus ingresos. Con esta información, el SAT logró recuperar más de 540 millones de pesos por medio de “cartas-invitación” y auditorías… pero bueno, de toda esa bola de evasores fiscales, uno resultó más “vivo” (por no decir otra cosa). Apenas la semana pasada, se dio a conocer un paquete de 3 millones de documentos en los cuales más personas son involucradas con las prácticas offshore: los denominados “Paradise Papers”.
Sin darse a conocer la identidad del susodicho, Animal Político señala que el empresario primeramente fue invitado a pagar lo que debía. Sin embargo, éste se negó bajo el poderoso argumento de ser “amigo del presidente”… así que se le aplicó una auditoría no sólo a él, sino también a su esposa y a su amada suegra. Fue ahí que el empresario sintió frío y, así por las buenas, decidió comenzar a pagar una parte de los impuesto que logró evadir… “Por lo menos hasta el arranque de 2017 no lo había hecho por completo”, señala el portal de noticias.
Por cierto, aunque fueron identificados un montonal de evasores fiscales, ninguno pisó la cárcel. ¿La razón? Pues porque mejor tenerlo afuera y que pague, a tenerlo tras las rejas nomás consumiendo valioso oxígeno. Así lo señala es artículo 92 del Código Fiscal de la Federación… bueno, no así, pero asienta que si un contribuyente cubre la carga fiscal que se le reclama, no habrá delito que perseguir. ¿Y el Ejecutivo ha dicho algo de su cuate? Bueno, el empresario dijo que es amigo del presidente… pero no de dónde.