El martes comenzaron a trabajar las máquinas en una zona deshabitada cerca del paso fronterizo de Otay Mesa, al este de Tijuana.
El lugar ha sido elegido porque se trata de terreno federal y no hay problemas de permisos y expropiaciones. Es una zona desértica en el lado estadounidense.
Se van a construir ocho prototipos, de cuatro empresas distintas que aspiran a lograr el contrato para construir el eventual muro. Cuatro de los prototipos tienen que ser de cemento y los otros cuatro de “otros materiales”.
Trump ha reconocido, por recomendación de la policía de fronteras, que el muro no puede ser sólido, pues es imprescindible para las tareas de vigilancia que se pueda ver lo que pasa al otro lado.
El Departamento de Interior espera que la construcción de los prototipos esté terminada en “unos 30 días” después de la orden de empezar los trabajos, según una nota de prensa publicada el martes
Con información de: EL PAÍS