Uno de los integrantes de la célula yihadista que perpetró el doble atentado en Cataluña, Mohamed Houli Chemal, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, que el objetivo de su grupo era perpetrar un atentado “mayor” y señaló que entre sus objetivos estaba colocar una bomba de alta potencia en La Sagrada Familia, la iglesia de Antoni Gaudí que es el símbolo de la Barcelona. Los cuatro presuntos responsables de la masacre que costó la vida a 15 personas y heridas en más de 130 comparecieron ante la justicia después de viajar a Madrid con un fuerte dispositivo policial.
La policía catalana -los Mossos d´Esquadra- informó ayer que los doce integrantes de la célula yihadista, supuestamente vinculada al Estado Islámico (EI) está desactivada. Ocho de sus integrantes están muertos (seis por disparos de la policía en los operativos de Cambrils y Subirás y dos más hallados muertos en la casa de Alcanar). Los cuatro restantes son los que hoy comparecieron ante el juez.
Tras la localización y posterior muerte de Younes Abouyaquob, el autor material del atropello masivo en La Rambla de Barcelona y del asesinado con arma blanca del cooperante barcelonés de 34 años, Pau Pérez-, la policía y la justicia ahora centra su investigación en los datos que puedan ofrecer los cuatro integrantes que están con vida y detenidos, sobre todo para esclarecer si hubo o no un supuesto apoyo del exterior, en concreto desde Marruecos, Francia y Bélgica.
Houli Chemal, un joven de nacionalidad española, que nació en Melilla y tiene 21 años, fue el único superviviente de la explosión fortuita en la casa de Alcanar, en la provincia de Tarragona, un día antes del atentado de La Rambla. El detenido reconoció que preparaban de un “atentado de mayor envergadura” y que la explosión accidental se registró cuando manipulaban el material que habían acumulado en las últimas semanas para fabricar un potente explosivo casero que el EI suele utilizar en sus acciones, que se llama tetraoperóxido de triacetona (TATP), también conocido como “la madre de Satán”.
Tras Houli, el magistrado Andreu y los fiscales interrogan a Driss Oukabir, hermano de Moussa, uno de los cinco jóvenes abatidos en Cambrils.
Driss fue detenido por los agentes tras el atropello mortal de La Rambla en las inmediaciones de la comisaría de los Mossos en Ripoll (Girona), hacia donde se dirigía presuntamente para denunciar que su hermano le había robado la documentación para alquilar las furgonetas del ataque.
Después responderá ante el juez Mohammed Aalla, hermano de otro de los abatidos y propietario del coche que se empleó en la acción de Cambrils.
Finalmente será interrogado Salh el Karib, propietario del locutorio de Ripoll y al que se vincula con el grupo de yihadista, porque desde su comercio emitió dos pasajes que fueron empleados en uno de los desplazamientos a Marruecos.
Todos los detenidos han permanecido incomunicados desde su detención en aplicación de la ley antiterrorista.