En el año 2020, Miguel Barbosa y su empleada Verónica Vélez lo persiguieron porque lo acusaban de orquestar campañas negras desde el interior de lo que fue Puebla Comunicaciones.
Fue tal la ferocidad de la persecución política, que en ese entonces llegó un impresionante operativo policiaco para incautar computadoras y diversos instrumentos que fueron integrados a la carpeta de investigación que inició la Fiscalía General del Estado.
Tras los hechos, la persecutora fue Verónica Vélez, quien paradójicamente renunció hace dos semanas de ese organismo público llamado ahora SET Comunicación, tras una serie de deslealtades e intrigas en contra del gobierno de Sergio Salomón, quien le había dado oportunidad de seguir como funcionaria de gobierno sin tener méritos más que servirle ciegamente a Barbosa.